
Radio San Jacinto nació con la esperanza de rebasar los muros del templo y que la predicación del Evangelio llegue a todos los rincones de nuestra comunidad parroquial. Es también el sueño de lograr que nuestra comunidad se una cada vez más en la misión de la Iglesia entera: “Ir a anunciar el Evangelio a todas las gentes”. Radio San Jacinto es una estación al servicio de la Palabra de Dios desde la fe de la Iglesia Católica.
Parroquia San Jacinto de Polonia
La Parroquia San Jacinto de Polonia en Ocosingo Chiapas, México, fue encomendada a la Orden de Predicadores en 1963 y a su servicio se encuentra, desde 1978, la Provincia de Santiago de México.
Nuestra Parroquia tiene una extensión territorial de 9,500 kms2 (nueve mil quinientos kilómetros cuadrados), en que residen alrededor de 100,000 habitantes en la cabecera parroquial y otro tanto repartido en 367 comunidades rurales.
La Orden de Predicadores
La Orden de Predicadores, fundada por Santo Domingo de Guzmán y confirmada por el papa Honorio III en 1216, nació con la misión de “predicar el evangelio para la salvación de las almas”, a los frailes, sacerdotes y hermanos cooperadores, se unen las monjas contemplativas y los dominicos seglares, unidos por una misma profesión de obediencia al Maestro de la Orden.
En México, la Orden de Predicadores (frailes dominicos) se encuentran reunidos en la Provincia de Santiago de México, a la que pertenece nuestra Comunidad de San Jacinto de Polonia en Ocosingo, Chiapas, México.
Las Hermanas Dominicas de María
Fundadas el 8 de Septiembre de 1949 por la reverenda Madre María Almaguer Soto, en Atotonilco, Gto.
Las Hermanas Dominicas de María, religiosas de vida apostólica afiliadas a la Orden y unidas a ella por la vivencia de un mismo carisma y espiritualidad desde su específica vocación, comparten también la misión de los Predicadores desde el servicio apostólico.
Carisma
Servicio a la Iglesia en cooperación del Evangelio para la santificación y salvación de todos los hombres
Espiritualidad
Se expresa en el amor manifestado en la entrega obediente a la voluntad divina, mediante una vida de oración y generosidad en el servicio, con solicitud, silencio, alegría y humildad, a ejemplo de la Santísima Virgen María.